martes, 2 de noviembre de 2010

Descalzos y suicidas



Nadie lo percibe, es un choque inevitable. Personajes con perfil griego mezclan sudor homosexual con cálculos de desarrollo bimestral.
A mi izquierda, hombres africanos con zapatillas nike sueñan con andar descalzos sin sufrir hambre.
Gustos y olores varios no conforman, ni logran generar una unidad terrenal, ni amor por la camiseta.
Las campañas advierten que todos los suicidas avisan por lo menos una vez. Pura mentira, puro ruido inútil.
Los rumanos sentados en la mugre mueren cada día pidiendo los restos de comida que deja una pendeja francesa que huele a carne sucia y perfume.


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