‒Hola mi amor, ¿qué tal? ¿Cómo te fue hoy?
‒Bien, vah… en realidad fue un día terrible. Los productores nos condicionaron aun más con los precios, buscan asustarnos, lo sé, pero el aumento es inevitable. Ellos lo justifican de acuerdo a la situación del mercado global, y en parte tienen razón.
‒¿Y vos mi vida? ¿Mucho trabajo?
‒Todo es complicado cuando las chicas no se organizan.
Le dije a Reina que no picotee más las migas que deja Ramón traje rojo en el rincón de Palomo blanco.
¿Acaso Palomo blanco conoce a Ramón traje rojo? ¿Es que Ramón traje rojo roba migas de pan blanco solo para Palomo blanco?
Me agaché y coloqué mi cabeza al borde del primer rayo solar que diseñaba dialogo en el atardecer. Le hablé a Palomo blanco, pero padece el mismo problema de casi todas las palomas, nunca se queda quieto. Le dije, ante su evidente enojo, que Reina no actuaba por maldad, que solo quería alimentarse. Ella es una paloma joven y la juventud despierta curiosidad por todo.
Le expliqué, que Reina veía en el rincón escogido por Ramón traje rojo, un lugar prohibido, por eso se apoderaba de las migas. No es casual que allí mismo se baile la danza de la caca blanca, tampoco es casual que allí nadie piense en patear a las palomas.
‒Tenés que entender -le dije. Ramón traje rojo, escoge un lugar donde depositar las migas para obtener reconocimiento. Él ha agotado casi todas las posibilidades de libertad, solo en ese pequeño rincón respira, siente placer cuando se inclina esperando tu llegada. ¿Me entendés Palomo blanco? ¡Quedáte quieto por favor!
Cuando terminé de hablarle a Palomo blanco, volví a casa porque te extrañaba mi amor.
Ahora, ya es hora de cenar. ¿Qué vamos a comer mañana?
No hay comentarios:
Publicar un comentario